viernes, 26 de julio de 2013

Galicia chora, eu choro con ela

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 "Galicia chora, eu choro con ela"

Galicia llora. Parece como si las meigas hubieran trabajado toda la noche para teñir de gris un cielo que durante este mes brilló azul y blanco, como la bandera gallega. Cada gota que cae es el reflejo del sentir gallego. No hay coches, ni ruido, ni gente en la calle. Hay silencio y dolor. Mucho dolor. Los gallegos nos hemos quedado mudos. No hay palabras ni explicación. Demasiados muertos. "Sacar a mi novia por favor, ayúdenla, ayúdenla, se mueve. No la dejen ahí por favor". Cuando la sacaron del tren estaba muerta. Era el grito desesperado de un muchacho con la cabeza abierta. A pocos metros el conductor chillaba: "Que no estén muertos, por favor". Así, con voz entrecortada, me lo contó esta mañana una amiga, la novia de uno de los primeros policías nacionales que llegaron a esa maldita curva de la muerte.

Qué caprichoso es el destino. Hoy traigo hasta aquí las que quizás fueron las últimas líneas que el periodista Enrique Beotas escribió sobre el tren hace tan solo un mes en El Correo Gallego. "A mí, que esto del tren me evoca a Eva Marie Saint y Cary Grant Con la muerte en los talones, convirtiendo el vagón restaurante en un coche cama... Porque no hay nada más romántico que el ferrocarril, cuya historia no sólo ha modelado el paisaje del mundo, sino la propia evolución positiva de la humanidad. Y es que el tren nos hace bastante mejores de lo que somos, pues amplía nuestro horizonte. Tan sólo le pondría un "pero": ese justo lamento ante la retirada de las locomotoras a vapor, como la bella Mallard, que rompió en 1938 el record de velocidad. Imagínense qué belleza esperar el tren en la estación de Ourense y verlo llegar envuelto en una nube de humo blanco... Pero seamos prácticos y reconozcamos que, por fortuna para todos, hoy los trenes son más cómodos y más rápidos que nada, han erradicado la carbonilla del ojo ajeno y a la pareja de la Guardia Civil que siempre subía a la altura de Puebla de Sanabria en busca de algún "maquis", convirtiéndolos en nuestros más plácidos compañeros de viaje. En definitiva, que el futuro siempre es mejor, aunque algunos sigamos pensando que la nostalgia tiene algo de nobleza". Querido Enrique, la muerte pisaba tus talones. Aquel 29 de junio el tren era noticia en tu columna, hoy la noticia desgraciadamente eres tú. Tú ibas en ese maldito tren.  Y así ochenta historias más, una por cada muerto.

El 25 de julio, día grande de Galicia, nunca volverá a ser igual. Hoy la historia se escribe con renglones negros. Santiago Apóstol se ha vestido de luto. Solo la solidaridad de los gallegos, y de toda España, es capaz de dar un poco de aire fresco a tanta congoja. "Galicia chora, eu choro con ela".

Autora: Mónica Lázaro

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